martes, 9 de junio de 2020

EREMITORIO DE PEÑA HORACADA (San Martín de Valdelomar. Valderredible)

Eremitas, ermitaños, anacoretas, personas solitarias que gustan de la vida retirada, alejados de la sociedad. Dedicados por entero a la contemplación, la oración y la penitencia.
Eremitorio es el nombre que recibe el lugar donde el eremita se retira y realiza sus actividades, su morada. El término proviene de la palabra eremita, y a su vez del griego eremites, que viene a significar el lugar donde hay una o varias ermitas.

San Martín de Valdelomar. Valderredible. Cantabria
09 diciembre 2019

Viven en lugares apartados, a veces inhóspitos, casi siempre en contacto y perfecta armonía con la naturaleza. Los eremitorios rupestres son estancias excavadas en la piedra, aprovechando los huecos naturales que la propia roca presenta, por el desgaste y la erosión. Cuevas más o menos grandes,de una sola estancia o dividida a su vez en celdas. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Medio escondidas, y a veces poco accesibles, estas cuevas cumplían una doble función, por sus características les preservaban de las inclemencias del tiempo o posibles ataques de animales salvajes y a la vez, integradas en la naturaleza, pasar desapercibidos, aislados de la sociedad humana.
Lugares húmedos y ricos en substratos, donde encontrar todo lo necesario para su subsistencia. Entradas estrechas o de difícil acceso para preservar su aislamiento. Picaban la roca para agrandar el hueco, trabajaban la piedra, dándole la forma deseada, a veces tallaban una especie de banco de piedra que serviría de cama, si la función era de dormitorio, o a modo de altar, si la estancia estaba destinada a la oración. O ambas. Estancias austeras con poco o ningún elemento decorativo.
A veces aparecen grabados. Cruces, letras o símbolos, de trazo sencillo o dibujos esquematizados. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

El eremitorio de Peña Horacada se encuentra situado en un pequeño bosque muy cerca del pueblo de San Martín de Valdelomar, en Valderredible. Se trata de un peñasco aislado en medio de un robledal. A simple vista no parece que albergue tan preciado secreto en su interior.
A pie de carretera, un poste con un letrero parece indicarnos la dirección: "Peña Horacada", no hay más indicios que un pequeño sendero escondido entre la maleza, que una vez encontrado no hay más que seguir hasta el final. Unos metros más adelante, se acaba sin más, al pie la roca.
Hay que acercarse a ella para encontrar la entrada, un paso estrecho, alfombrado de hojas, nos lleva hacia la abertura.

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Subimos así a la cueva, por lo que parece una escalera tallada en la roca, para encontrarnos ante una estancia de una sola nave, de unos veinte metros de longitud por unos cuatro de ancho con forma ovalada. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Lo más destacado de esta cueva se encuentra en la pared izquierda. Son una serie de grabados que ocupan la franja intermedia que va desde esa pequeña oquedad hasta casi el fondo. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Parecen simples rayones en forma de cruz, superpuestos o entrelazados, hasta que, fijándote un poco más, adviertes un pequeño puntito sobre cada palo. Cabezas, y te percatas entonces de que todas las líneas no son iguales, más largas, más cortas, rectas o ligeramente combadas. Cuerpos, donde la línea transversal representa los brazos. 
Tenemos pues lo que los expertos describen como "una sucesión de cruces antropomorfas enlazadas entre si", que queda muy bonito como palabrería pero que yo llamaría por su nombre: una sucesión de grabados con forma humana.

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Tal vez sea una osadía por mi parte disentir de la opinión experta, pero a mi entender llamarlo "cruces antropomorfas" es afirmar que son cruces (con forma humana), y aunque parezca rizar el rizo, no es lo mismo una cruz con forma de hombre, que un hombre cuyo dibujo esquematizado parece una cruz.


Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

A menudo, en este tipo de cuevas, encontramos pequeñas oquedades, a diferentes niveles en las paredes, que podrían tener diversas utilidades; desde pequeñas despensas, depósitos de agua, hornacinas dedicadas al culto, a veces en estancias grandes, son del tamaño de una persona lo que podría indicar que se utilizaran como camas, etc...
En la cueva que nos ocupa encontramos lo que parece una hornacina y dos huecos, cerca de la entrada, dispuestos uno frente a otro en las dos paredes opuestas. Por su forma y disposición, es muy probable que en ellos encajase algún tipo de viga o cerramiento de madera. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

La cueva es de acceso libre y sin más protección que el entorno natural en que se esconde. El paso de los años (siglos), la humedad, la aparición de musco y líquenes y posiblemente alguna que otra "acción" del ser humano, desconocedor e inconsciente, han deteriorado ligeramente los trazos de estas inscripciones.

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Echándole un poco de imaginación, en este primer sector del grabado, yo veo una figura principal, que para mí se asemeja a un guerrero, (no sé si por el deterioro posterior de la piedra), con una lanza y tal vez... a caballo. Lo rodean otras figuras (en movimiento), asustadas quizá, indefensas, como gritando o huyendo.
Esa figura central, destaca sobre las demás, la parte inferior, a diferencia con las otras, presenta dos trazos oblicuos a modo de piernas (o las patas del caballo). el cuerpo se dibuja con doble trazo y su altura es superior a la de los demás. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

En esta segunda sección, las figuras aparecen entrelazadas, con los brazos extendidos, da la impresión que miran hacia la escena anterior, expectantes, como si de ello dependiera su huida o su rendición.
Una de las figuras, la primera de las enlazadas, es más alta que las que le suceden, y es la única en la que el trazo de su brazo es curvo, como si sostuviera la mano del siguiente tratando de mantenerlo detrás. Unas rayas sobre la cabeza podrían indicar el pelo. ¿Una figura femenina y las otras, más pequeñas, niños?
Es sobre estas figuras donde aparecen unas letras que algunos autores han interpretado como "tanto quot", "sanctequot" o "como quot", o "sanctiquot". 
Lo cierto es que yo, tal vez por influjo de esa imaginación tremenda que me hace ver a un guerrero a caballo en actitud agresiva contra unos seres indefensos y asustados, en un primer vistazo, lo que me pareció leer es la palabra "caos" seguida de otras que no descifro. 
Por encima de las figuras y de las letras, se aprecian unos ¿enrejados? 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

La tercera y última sección es la menos definida. Más al interior, menos luz y trazos más imperceptibles. Me recuerda la proa, o la popa de un barco.

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Existen numerosas cuevas, ermitas y eremitorios rupestres, a lo largo de la comarca Sur de Cantabria, asociadas a la presencia de estos religiosos, anacoretas, ermitaños que vivían apartados, dando a estos lugares un uso de culto y meditación. Pero no siempre estos lugares servían solo a esa finalidad. No siempre estos "retiros" voluntarios obedecían a la religión. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Desde tiempos inmemoriales, las cuevas fueron hogar de nuestros antepasados. Nómadas o sedentarios, Un abrigo natural a las inclemencias del tiempo, un refugio, un hogar o una fortaleza desde la que defenderse ante cualquier peligro o invasión. 

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Asociamos todo lo que "nos parecen cruces" a la religión, al cristianismo. Sin embargo, en todo el territorio, se han descubierto cuevas, con grabados, pinturas y restos de utensilios, que prueban la existencia de diferentes grupos humanos que vivieron en ellas. Diferentes épocas, diferentes costumbres, diferentes edades de evolución. 
Yo no sé, solo miro, interpreto e imagino. ¿Como sería la vida antes de hoy?
Aquí vivió un eremita, o una tribu, o una familia...o todos ellos, aunque no a la vez...

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

La cueva se abre al exterior en varias ventanas que permiten dominar el entorno y la presencia de cualquier extraño que se acerque a la entrada

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Ventanas pequeñas, a modo de atalayas

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

La luz entra por la parte central, directamente desde el umbral

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

La naturaleza ha esculpido la piedra, dando la forma de hermosas columnas a la pared en que se dibuja la entrada

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Un balcón al que asomarse cada mañana

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Un refugio natural en el que establecer la morada

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Es hora de bajar de nuevo, peldaño a peldaño, por la escalera de piedra tallada

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

¿quién diría que en esa boca se esconde tan humilde morada?

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

Aspecto del lateral de la Peña Horacada, donde se puede apreciar una de sus ventanas

Eremitorio de Peña Horacada. San Martín de Valdelomar
09 diciembre 2019

La entrada a la cueva. Una puerta al pasado. Un viaje en el tiempo, otra época, otra civilización, otra cultura, otras formas de vida. Nuestro pasado y nuestro presente. Nuestro futuro. 
Secretos que solo la piedra sabe guardar...